Aprende cómo implementar un proceso de gestión del cambio en tu organización para asegurar su éxito.
En el pasado, las empresas del Fortune 500 hacían una reorganización cada 7 años. Hoy en día, es cada 7 meses, y el ritmo del cambio solo se acelera. Para mantenerse por delante de la competencia, las empresas deben invertir en capacitación y tecnologías que se mantengan al día. Según nuestra encuesta, las principales preocupaciones de las organizaciones para el próximo año son el tiempo y las brechas de habilidades. Hacer cambios para mantenerse competitivo será aún más desafiante si tu organización tiene dificultades para mantener su estado actual, por lo que necesitas ser ágil frente al cambio.
Las empresas deben invertir en capacitación y tecnologías que se mantengan al día.
La investigación de McKinsey mostró que una transformación ágil exitosa hace que las organizaciones sean tres veces más propensas a ser líderes en su sector. Al adoptar una cultura de Agilidad de Habilidades® y mejora continua, las empresas están mejor preparadas para responder a las condiciones cambiantes del mercado, satisfacer las demandas de los clientes y superar a la competencia. La pregunta es: “¿Cómo estás gestionando el cambio en tu organización para asegurarte de que sea exitoso?”
¿Qué es la gestión del cambio?
La gestión del cambio en los negocios se refiere al enfoque estructurado para la transición de individuos, equipos y organizaciones de un estado actual a un estado futuro deseado. Implementar la gestión del cambio implica la aplicación de herramientas, procesos, habilidades y principios para gestionar el lado humano del cambio y lograr los resultados comerciales requeridos. La gestión del cambio se puede aplicar en diversas situaciones, como:
- Introducción de nuevas tecnologías o sistemas
- Fusiones y adquisiciones
- Reestructuración organizativa
- Transformación de la cultura
- Reingeniería de procesos
Un proceso de gestión del cambio se trata de prepararse y gestionar cambios exitosos. Este proceso es importante porque el cambio organizacional, cuando no se gestiona adecuadamente, puede llevar a una reducción de la productividad, resistencia, confusión y falta de logro de los objetivos previstos.
