La encuesta revela que las empresas están luchando por aumentar el rendimiento y la rentabilidad de sus inversiones en transformación digital.
A pesar de las grandes inversiones y la prominencia en la agenda de la alta dirección, las iniciativas de transformación digital están pasando de ser una prioridad estratégica aclamada a convertirse en el último “proyecto de TI con sobrecostes y resultados decepcionantes”. La encuesta de tecnología de KPMG en Estados Unidos reveló que la mayoría de las empresas estadounidenses no han “aumentado el rendimiento o la rentabilidad de sus inversiones en transformación digital” en los últimos dos años. Eso está lejos de lo que los consejos de administración esperaban, los líderes de TI presentaron y los directores financieros pueden tolerar.
Secretos a voces
Entonces, ¿qué hay detrás del bajo rendimiento de las inversiones tecnológicas, la inercia en el lugar de trabajo y las aspiraciones de estrategia digital sin rumbo? Los resultados de la encuesta de KPMG señalan los impulsores: los ejecutivos siguen aferrados a las mentalidades de cumplimiento normativo. Cuando se les preguntó sobre los “principales desencadenantes de la transformación digital en su empresa”, las obligaciones regulatorias o las preocupaciones de seguridad ocuparon el primer lugar. Además, el 66% de los encuestados indicaron que los “desarrollos regulatorios complejos” hicieron que la empresa tuviera “menos confianza” en invertir en nuevas tecnologías. Estos resultados sorprendentes sugieren fuertemente que muchos líderes aún no distinguen la modernización de TI del potencial de reinvención empresarial inherente a la transformación digital.
Los ejecutivos carecen ampliamente de una comprensión proactiva y práctica suficiente de la tecnología del futuro. Mientras que el 74% expresó una gran confianza en convertir “el riesgo en oportunidad para crecer utilizando su conjunto de tecnología existente”, el 68% (frente a un asombroso 90% en 2022) aún expresó una “falta de apoyo de la alta dirección en cuanto a la tecnología emergente”. El gasto corporativo en TI se ha ajustado. La inflación, el aumento de las tasas de interés y los retornos de la inversión retrasados dificultan el flujo de efectivo y reducen los presupuestos. Casi dos tercios (65%) de los encuestados estadounidenses advirtieron que “en comparación con el año pasado, se espera que hagan más con menos presupuesto”. Con la incertidumbre económica inminente, las amenazas cibernéticas desenfrenadas y los rendimientos cuestionables de las inversiones tecnológicas, es probable que los gastos a corto plazo en TI sigan enfrentando serios obstáculos.
