Las organizaciones deben enfrentar las consecuencias no deseadas de las iniciativas de transformación digital y medir su éxito.
La transformación digital (DX) es un proceso continuo, no un objetivo final. Desde marzo de 2020, el 85% de las organizaciones aceleraron significativamente sus transformaciones digitales, lo que les permitió redefinir y revitalizar sus procesos comerciales para interactuar mejor con su fuerza laboral, clientes, proveedores, socios y comunidades. Sin embargo, el ritmo acelerado al que se implementaron estas iniciativas de DX ha creado consecuencias no deseadas que han dejado a los equipos técnicos y no técnicos ahogándose en un retroceso de la transformación digital.
Las empresas han estado luchando, por ejemplo, con datos contradictorios provenientes de pilas tecnológicas difíciles de manejar construidas a partir de una multitud de aplicaciones SaaS especializadas. Ahora, los problemas de backend, como la deuda técnica y las ineficiencias en los procesos, se han convertido en desafíos urgentes en todas las industrias, creando brechas en los procesos comerciales de las empresas y costando tiempo y recursos valiosos. En medio de la incertidumbre económica adicional, ¿Cómo pueden las organizaciones abordar las consecuencias no deseadas y medir el éxito de sus iniciativas actuales de transformación digital?
La transformación digital es un proceso continuo, no un objetivo final.
El antídoto para los efectos secundarios de la DX
En el futuro, las organizaciones deben adoptar tecnologías y formas de pensamiento ágiles y progresivas para mantenerse a la vanguardia y minimizar el impacto de eventos disruptivos futuros. Las iniciativas de DX agresivas no desaparecerán. La pandemia puso de relieve la importancia de la mejora constante y la digitalización de los procesos comerciales.
Si bien los últimos años han sido de crecimiento a cualquier costo, el 2023 debería centrarse en crecer de manera eficiente y priorizar la longevidad. Para seguir siendo competitivas en medio de la próxima recesión, las empresas deben centrarse en las siguientes tres tendencias y tomar medidas:
Abordar la deuda técnica lo antes posible
Un efecto secundario desafortunado de la DX acelerada es la deuda técnica, que puede obstaculizar la capacidad de una organización para adaptarse. IDC predijo que la deuda técnica acumulada durante la pandemia seguirá afectando a la mayoría de los CIOs a lo largo de 2023 y se convertirá en un obstáculo para la agilidad de TI. A medida que las organizaciones adquieren más herramientas, crean más brechas en sus procesos, lo que requiere navegar manualmente por el sistema actual y sus deficiencias, todo a expensas del tiempo, la productividad y la innovación perdida. Las organizaciones pueden eliminar la deuda técnica apagando los sistemas que no necesitan y fortaleciendo las filtraciones con plataformas de integración y automatización que hagan que sus procesos comerciales funcionen como ellos desean. Herramientas como páginas wiki para documentación y sistemas de gestión de proyectos pueden ayudar a acelerar este proceso y eliminar la deuda técnica.
Invertir en plataformas de bajo código para democratizar la innovación
Muchas tecnologías heredadas de iPaaS traen consigo estructuras obsoletas, como la provisión manual, la escala limitada, los ciclos de desarrollo largos y el mantenimiento pesado. Las plataformas de bajo código pueden empoderar a los equipos de negocios no técnicos para resolver sus propios desafíos técnicos sin las limitaciones de una tecnología mal adaptada. Al poner la innovación en manos de los usuarios de negocios no técnicos, en lugar de solo en los equipos de TI o ingeniería, las organizaciones pueden capacitar a sus empleados para transformar sus procesos fragmentados en resultados comerciales poderosos.
Adoptar una arquitectura empresarial componible
Según Gartner, la empresa componible es “una organización que puede innovar y adaptarse a las cambiantes necesidades comerciales a través de la combinación y combinación de capacidades comerciales empaquetadas”. Al construir la base de una organización a partir de “bloques de construcción” intercambiables y ajustables, las empresas pueden adoptar un enfoque ágil de la DX y realizar ajustes periódicos en sus pilas tecnológicas para adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado. Esta flexibilidad de herramientas intercambiables es la esencia de la transformación digital y ayuda a proteger activamente el futuro del negocio.