Como gran organización, siempre quieres abrirte camino y marcar el ritmo del resto del mercado.
Pero cuando las pequeñas y ágiles empresas emergentes parecen estar varios pasos por delante en términos de innovación, la preocupación es que el legado y la reputación de una empresa establecida no sean suficientes para mantener su marca en la primera posición.
Sin embargo, con la actitud y la perspectiva empresarial adecuadas, no hay razón para no seguir liderando el camino hacia adelante.
Obsolescencia no planificada
El miedo a ser “superado” es esencialmente el miedo a quedar obsoleto. Es una preocupación muy real para muchas grandes empresas. En todos los sectores, parece que hay cientos -incluso miles- de pequeños actores que prueban diferentes soluciones y satisfacen las necesidades siempre cambiantes de los clientes.
Estas empresas disruptivas suelen empezar en un nicho o a nivel local, antes de expandirse a un ritmo rápido que a menudo coge a todo el mundo por sorpresa. Sin duda, están ampliando los límites -y poniendo nerviosas a las organizaciones establecidas-, pero este tipo de innovación abierta es muy necesaria para el desarrollo general del mercado.
El hecho de que las fuerzas del mercado empujen los límites también puede ser bueno para las empresas más grandes, ya que abre oportunidades de adquisición y colaboración mutuamente beneficiosas.
Lo que es importante tener en cuenta es que en las grandes empresas son las personas, y no las propias organizaciones, las que sucumben al miedo. La urgencia de invertir en innovación suele provenir de la necesidad de ponerse al día con los competidores o, en el mejor de los casos, de tener un equipo directivo ambicioso.
Pero no siempre es así. Las marcas que corren más riesgo de quedarse atrás son las que se creen invencibles. En lugar de abrirse para ver lo que ocurre fuera de los muros de la empresa, se congelan y redoblan su estrategia actual. El año pasado, por ejemplo, vio cómo empresas de larga tradición en todo el mundo se hundían, tanto por las implicaciones más amplias de la pandemia de COVID como por su incapacidad para adaptarse.
Si hubieran aprovechado la oportunidad para abordar y analizar las nuevas tendencias y necesidades del mercado en lugar de centrarse en sus cifras internas y en sus prácticas heredadas, podrían haber tenido una oportunidad de luchar. Pero, tal vez, sólo les faltó crear una estrategia de innovación orientadora, para aliviar parte del miedo y convertirlo en acción y exploración de valor.
Mantenerse a la vanguardia
Revisar continuamente el valor que su marca ofrece a sus clientes debería ser la prioridad número uno. En una época en la que se están produciendo diversos cambios en el modelo de negocio, el concepto de innovación -de mantenerse al día con las últimas tendencias y tecnologías- debe enmarcarse junto con el valor que proporciona su producto o servicio.