Tus productos y servicios van bien. No necesitas cambiar nada, pero sigues teniendo ideas locas sobre cómo hacerlos aún mejores. ¿Qué pasaría si realmente probara esas ideas en lugar de cerrarlas?
En “Loonshots” (que podría traducirse por ideas locas o lunáticas), el autor Safi Bahcall explica cómo los gobiernos y las empresas pueden beneficiarse de la exploración de ideas que, a primera vista, parecen demasiado descabelladas o caras para funcionar.
A diferencia de los “moonshots”, que son proyectos emprendedores con un objetivo final proyectado de éxito, los “loonshots” se descartan por ser demasiado difíciles o ridículos para que el público en general los acepte. Quienes promueven los loonshots a menudo se ven ignorados porque sus ideas no encajan en la norma. Sin embargo, cuando una de ellas sobrevive lo suficiente como para ser probada en situaciones de la vida real y se considera lo suficientemente exitosa como para marcar la diferencia de alguna manera, puede realmente cambiar las normas dentro de una organización.
Las empresas deben estar dispuestas a arriesgarse con los “loonshots”. Podrían acabar fracasando, pero los beneficios del éxito superan esa posibilidad. Para compensar las pérdidas derivadas del fracaso de los loonshots, las empresas también pueden buscar productos de franquicia. Al hacerlo, se beneficiarán tanto de la innovación como de las tendencias de los consumidores en el mercado.
Las empresas más pequeñas son las que más fácilmente se encargan de los loonshoots, ya que son más ágiles. Las empresas más grandes se adaptan mejor a las franquicias, ya que sus estructuras están consolidadas y pueden escalar. Una empresa debe equilibrar estos dos tipos de trabajo para lograr un equilibrio dinámico, un estado en el que los innovadores y los equipos basados en franquicias puedan coexistir en la misma organización sin distanciarse.
Todas las empresas pasan por una fase de transición. A medida que crecen, se vuelven más franquiciadas y menos propensas a crear loonshots. Sin embargo, si la empresa entiende qué causa ese cambio de comportamiento, puede tomar medidas para evitar el estancamiento creativo dividiendo a los empleados en departamentos más pequeños y recompensando su progreso con ascensos.
Las empresas suelen pensar que los loonshots son tecnologías disruptivas. Sin embargo, una tecnología disruptiva no es necesariamente lo mismo que un loonshot. La capacidad de un producto para perturbar o cambiar el statu quo sólo puede determinarse en retrospectiva, mientras que los loonshots se identifican cuando su viabilidad futura aún está en duda.
En lugar de buscar productos que puedan provocar un trastorno en el mercado, las empresas deben buscar formas de resolver problemas que antes no sabían que existían. Al encontrar empleados dispuestos a explorar nuevas ideas y promover las más populares al mismo tiempo, las empresas pueden mantenerse en la cima sin sacrificar su atractivo para los consumidores habituales.
Los loonshots pueden dividirse en dos categorías: avances de producto y avances de estrategia
Aunque todos los loonshots son frágiles, algunos se centran en diferentes tipos de avances. Algunos loonshots de tipo P (producto) no creen que vayan a ser nunca viables financiera o comercialmente porque el producto es demasiado difícil de crear. Por ejemplo, el primer teléfono fue considerado inútil y una maravilla tecnológica en su época porque no era lo suficientemente potente como para transportar una señal a larga distancia. Fue necesario el liderazgo de Theodore Vail en AT&T para que los teléfonos se popularizaran al crear uno que pudiera llegar a alguien del otro lado del país desde otro teléfono en la ciudad de Nueva York.
Hay dos tipos de loonshots: El tipo S y el tipo R. El tipo R se centra en la innovación de productos, mientras que el tipo S se centra en la estrategia. Facebook fue un ejemplo de “S-loonshot” porque ganó dinero con las redes sociales, algo que otros descartaron como modelo de negocio viable. Walmart también fue una empresa de tipo S en sus inicios, cuando se centró en las zonas rurales en lugar de en las grandes ciudades, donde se encontraban la mayoría de los grandes almacenes en aquella época.
Lo ideal es que las empresas que quieran ser innovadoras y rentables tengan una mezcla de ambos tipos de loonshots. Si no exploran a fondo ninguno de los dos tipos, es posible que se pierdan algo grande.
Un loonshot puede seguir siendo sólido incluso si falla en las primeras pruebas a las que se aplica
Las estatinas son un tipo de medicamento que ayuda a reducir los niveles de colesterol malo. Se ha demostrado que previenen los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares en muchas personas. Las estatinas casi nunca se probaron en humanos porque los científicos que las desarrollaron utilizaron ratas como sujetos de prueba, que no tienen el colesterol alto como los humanos. El fármaco no parecía funcionar para el colesterol alto de las ratas, por lo que se descartó. Sin embargo, Akira Endo descubrió que los pollos con colesterol alto podían ser tratados con estatinas, por lo que más tarde lo probó en perros y monos antes de probarlo en humanos, donde funcionó bien para reducir los peligrosos niveles de colesterol en los pacientes
Cuando se trata de loonshots, es importante prestar atención a los resultados de las pruebas. Si un loonshot falla en sus pruebas iniciales, debes considerar si ese fracaso se debe a un problema con la idea en sí o si hubo algo mal en el proceso de prueba. Examinando lo que ha fallado y probando diferentes enfoques para las pruebas futuras, puedes asegurarte de que un loonshot no se descarta prematuramente debido a una prueba fallida.
Tanto la cultura como la estructura son componentes vitales de la capacidad de una empresa para crear loonshots con éxito
Una buena cultura es uno de los principales factores que contribuyen al éxito de las empresas, pero a menudo se malinterpreta. Por lo general, las empresas sólo se analizan por su buena cultura una vez que han tenido éxito. Por ejemplo, los escritores de negocios se centrarán en varias empresas de tamaño y éxito similares y tratarán de identificar los puntos comunes que condujeron a esos éxitos. La cultura puede influir mucho en la eficacia y la actitud de los empleados. Sin una cultura saludable, una empresa puede perder a muchos empleados con talento que se irán a otras empresas, independientemente de la cantidad de chiflados que desarrolle. La estructura puede ser más importante que la cultura, pero ninguna de las dos debe ser ignorada.